Actualmente existe un aumento creciente de la utilización de materiales plásticos en la industria del automóvil, este hecho se debe fundamentalmente a las ventajas que presentan los plásticos frente a otros materiales. Características como sus generalizados procesos de producción en serie, resistencia a la corrosión, bajo peso, alta moldeabilidad, posibilidad de reciclaje, y buenas propiedades como aislamiento eléctrico, térmico y acústico, hacen de los plásticos materiales de gran utilidad en la fabricación de componentes del automóvil. Otra de las grandes ventajas que presenta la incorporación de materiales plásticos en un vehículo, es que se reduce considerablemente el peso total del conjunto al sustituir piezas fabricadas en materiales más pesados, por piezas plásticas más livianas. De esta forma, se produce un aumento de las prestaciones del vehículo reduciéndose los consumos de combustible.
Pequeños componentes de plástico nos sirven como elementos de unión de piezas con la carrocería, por ejemplo patillas de soporte de faros, soportes tensores de máquinas eléctricas, grapas de revestimientos internos, bridas de unión, tornillería diversa…
Pero, ¿qué ocurre cuando estos componentes o piezas pequeñas del vehículo fabricados en materiales plásticos se rompen?, ¿es necesario sustituirlos por otros nuevos? , ¿qué hacer en el caso de que ya no existan recambios en el mercado por tratarse de un vehículo antiguo?
Es ahí donde la impresión de piezas 3D nos puede aportar excepcionales soluciones.